Ser madre, es una de las funciones más complicadas a la que nos enfrentamos, pero si le añadimos ser la madre de una novia la cosa se complica más.
Cuando una hija nos da la noticia de que se casa, lo normal es tener una mezcla de sentimientos, entre alegría, tristeza, ilusión y emoción, que nos invade por igual. Emociones que sentiremos hasta incluso días después del enlace, la salida de una hija de nuestra casa y las preocupaciones normales de nuestro instinto maternal, por lo que supone soltar a nuestra niña.
La mejor manera de afrontar la situación, es realizando ciertas funciones que los novios seguro, nos agradecerán, pero teniendo presente que no es tu boda y que ciertas acciones y decisiones corresponden únicamente a los novios.
¿Qué función tiene la madre de la novia en la boda?
Durante los meses previos, son muchas las cositas que los novios tendrán que empezar a preparar y donde nuestra presencia y ayuda será de gran utilidad.
Llegado el gran día, serás una pieza clave en un papel secundario y momento en el que sentirás grandes y diversas emociones:
Durante la luna de miel, podrás sorprender a la pareja.
La luna de miel, es un momento único en las parejas recién casadas y que recordarán toda la vida, un punto de partida hacia una nueva vida en común.
La llegada del viaje, es el momento en el que empieza una nueva realidad con ganas de ver a la familia y amigos pero cansados por el viaje, podrás sorprender a la pareja con una cesta de frutas, algún recuerdo especial que quieras entregarles o un detalle emotivo de parte de los padres, cosas sencillas que podrás organizar para que la encuentren a su llegada al nuevo hogar.