Después de un tiempo en el que hemos estado conociendo muchas parejas, retomamos nuestro blog. La verdad es que os hemos echado mucho de menos.
Hemos hablado de muchas cosas ya, decoraciones de diferentes tipos, los calendarios de una boda… Hoy, quiero hablaros de ese espacio de tiempo, que parece interminable y que siempre está lleno de nervios, ese tiempo que empieza cuando nos suena el despertador y dices, ¡Hoy me caso!
La peluquería, el maquillaje, el vestido, las fotos, la familia se acumula en casa… ¡Madre mía, llego tarde seguro!
Mi primer consejo, es que te relajes y disfrutes de tu gran día, una ducha, un café, infusión o lo que te apetezca tomar sentada y saboreando esos momento previos al, Sí quiero.
Lo primero que tendrás que hacer, es visitar a tu peluquera y maquilladora. Son muchas las novias, que prefieren que sean estos profesionales los que se trasladen a su casa, algo que recomiendo, sobre todo, cuando el peinado requiere de gran cantidad de complementos afines al vestido. En próximas entradas, hablare más extensamente sobre los peinados para novias.
El fotógrafo, es de las primeras personas que veremos ese gran día. Una magnífica idea, es iniciar el reportaje con el peinado y maquillaje, tus sentimientos, todo lo que te estará pasando por la cabeza, quedara reflejado en esas fotos que siempre verás con cariño como la preparación del gran momento.
Poco a poco, la casa se irá llenando de gente, tíos, abuelos, vecinos… Algo que con una buena organización, no te supondrá ningún inconveniente, ya que en esos momentos estarás poniéndote el vestido de novia.
Uno de los momentos más emotivos que vivirás, el primero de muchos en este día, es la entrega del ramo por parte del padrino de bodas, cuyas palabras, normalmente, hacen saltar esas primeras lágrimas de alegría, ternura y felicidad. Una mezcla de sentimientos que sin duda se irán repitiendo a lo largo de todo el día.
Existe un momento, del que muy pocas novias son conscientes y que particularmente me llama la atención.
El momento en el que sales con el vestido y te diriges al coche, ese momento en el que dejas atrás una casa, un hogar, para formar el tuyo propio y que, quizás por los nervios o por la ilusión, no se es consciente que una nueva vida empieza al traspasar esa puerta.
Lo mejor de todo, son la cantidad de anécdotas que se crean en estos momentos previos, algunas de ellas cómicas, otras muy emotivas, pero sin duda, anécdotas que siempre son recordadas con cariño.
Si tienes alguna de esas anécdotas, nos encantaría que la compartieses con nosotros y poder leerlas. ¿Te animas?